Hay personas que para ellas soñar les da vida. Otras lo consideran algo infantil del todo innecesario. Sin embargo, muchas personas crecieron gracias a los sueños.
Creo que nuestra sociedad es una sociedad triste y necesita urgentemente de soñadores que aspiren a muchas cosas y que con su empatía beneficien a todos, especialmente a los más jóvenes, a esos que les estamos legando una sociedad complicada y sin esperanza.
Estaría bien, y no sé cómo se articularía, iniciar un proceso de soñar entre todos. Comenzaríamos por soñar qué podemos soñar para que nuestra sociedad sea viable. Miraríamos siempre hacia delante comprobando los múltiples caminos que nos pudieran conducir hacia un futuro mejor, y relajadamente elegiríamos el más adecuado entre todos, y soñaríamos en alcanzarlo.
No obstante, y considerando que soñar no cuesta nada, algunos de los sueños pudieran cambiar nuestras vidas por la imposibilidad de alcanzarlos, tal vez por soñar lo imposible. -Pero si no aspiramos a los sueños más hermosos... Somos humanos, ¿no? -Debemos ser prudentes al soñar. -¡Ya nos vale de ser prudentes!. -No soñemos mirando al imposible, las obras faraónicas sin faraones... Con una semilla de arroz, un solo grano, en unos años puede producir todas las simientes de arroz que el mundo necesita para vivir. Y no lo advierto por ser el soñador que soy, sino por el desencanto que produce no alcanzar un sueño. -Efectivamente, lo dijo el poeta: "Los sueños, sueños son". -Tampoco es eso: tengamos fe.
Ojalá los soñadores de este mundo algún día sean capaces de contagiar a una parte de los que no creen en los sueños y logren irradiar este concepto con la esperanza de que los pequeños sueños se conviertan en grandes obras. Un ser humano mejor en una sociedad menos frustrante y de mayores oportunidades para todos y todas.
(Al escribir de los sueños posibles pienso en ti, gran soñadora. Ojalá tu sueño se cumpla el treinta de este mes... y otros once para los restantes meses. Un sueño al año no es nada, qué menos que doce).
Creo que nuestra sociedad es una sociedad triste y necesita urgentemente de soñadores que aspiren a muchas cosas y que con su empatía beneficien a todos, especialmente a los más jóvenes, a esos que les estamos legando una sociedad complicada y sin esperanza.
Estaría bien, y no sé cómo se articularía, iniciar un proceso de soñar entre todos. Comenzaríamos por soñar qué podemos soñar para que nuestra sociedad sea viable. Miraríamos siempre hacia delante comprobando los múltiples caminos que nos pudieran conducir hacia un futuro mejor, y relajadamente elegiríamos el más adecuado entre todos, y soñaríamos en alcanzarlo.
No obstante, y considerando que soñar no cuesta nada, algunos de los sueños pudieran cambiar nuestras vidas por la imposibilidad de alcanzarlos, tal vez por soñar lo imposible. -Pero si no aspiramos a los sueños más hermosos... Somos humanos, ¿no? -Debemos ser prudentes al soñar. -¡Ya nos vale de ser prudentes!. -No soñemos mirando al imposible, las obras faraónicas sin faraones... Con una semilla de arroz, un solo grano, en unos años puede producir todas las simientes de arroz que el mundo necesita para vivir. Y no lo advierto por ser el soñador que soy, sino por el desencanto que produce no alcanzar un sueño. -Efectivamente, lo dijo el poeta: "Los sueños, sueños son". -Tampoco es eso: tengamos fe.
Ojalá los soñadores de este mundo algún día sean capaces de contagiar a una parte de los que no creen en los sueños y logren irradiar este concepto con la esperanza de que los pequeños sueños se conviertan en grandes obras. Un ser humano mejor en una sociedad menos frustrante y de mayores oportunidades para todos y todas.
(Al escribir de los sueños posibles pienso en ti, gran soñadora. Ojalá tu sueño se cumpla el treinta de este mes... y otros once para los restantes meses. Un sueño al año no es nada, qué menos que doce).
Un sueño al año no es nada,, yo también deseo que se cumpla ese sueño.
ResponderEliminarOjalá.