jueves, 7 de noviembre de 2013

Mañana no es hoy

Llevo unos días pachucho, quiero decir con malestar en el cuerpo. No es cosa de la edad, a mi la edad solo me perjudica el alma, digo alma y digo el psique. "No me hagas hablar", dice mi esposa enojada. El caso es que ayer me llamó un amigo para interesarse por mi salud. A Dios pongo por testigo... Uy, esto lo habré oído en algún lugar (en la iglesia no. Fijo). Vale, no es mío, y no pongo el nombre de su autor porque no caigo. Hoy en día con los derechos de autor hay que andar con cuidado... En fin, lo cierto es que no estoy acostumbrado a que me llamen para interesarse por mí salud (ni por otra cosa). Antes, en el pueblo, me conocían por el hombre del perro. Muerta dona, ni me ven. ¡joder, dona, con tu muerte hemos perdido los dos!. Incluso dijo que me traería unas naranjas de su huerto, me advirtió que aún no estaban en su punto de mejor calidad, pero que se podían comer. Él no sabe el bien que me hizo al llamarme para interesarse por mi salud. Le di la gracias repetidamente. Y ahora que no tiene la posibilidad de no dejarme hablar (nunca me deja hablar) se lo repito: Muchas gracias, amigo. 
  
Cuando miro hacia atrás en la historia de mi vida, cada etapa, me viene recortada. Fueron acontecimientos que me impidieron ser como a mí me hubiera gustado. Mis asuntos inaplazables. Los años siempre nos pasan factura porque constituyen una intervención en la conciencia. Aún y así, tenemos que ajustar al máximo nuestras bondades humanas. Sobre todo si podemos influir en los demás... Conviene dar muestras positivas de humanidad, supongo que también quiero decir de amistad.
 
Quien pueda, que no deje para mañana lo que pueda hacer hoy (voz del pueblo). Si tienen algo que decirle a alguien que les interese, no sean estúpidos y esperen a mañana. Díganselo hoy. El agradecimiento de hoy no es el de mañana. Porque mañana... ay, mañana: Mañana no es hoy.

4 comentarios:

  1. Yo digo que le quiero pero cuando lo hago nunca me contesta.

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  2. Nunca o bueno si, a veces, cuando quiere pero casi nunca quiere. Que triste.

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  3. Imagino que cuando lees mis comentarios te sonríes pero lo imagino porque nunca lo sabré.

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