sábado, 9 de noviembre de 2013

Y celebrar la vida

Amanece, y solo me dejo llevar por el día... Eso sí, lo interpreto, porque ¡hay que joderse! con el día, este y otro. Todos los días son un lucha diaria contra el tiempo. Llegar a fin de mes es un logro que no todos alcanzan... Y luego está la impotencia que uno siente al ser incapaz de sobrellevar tantos asuntos inaplazables. ¡Joder, dona!, esto es un sinvivir, es un valle de lágrimas. Supongo que todos tenemos que dejar un espacio en el tiempo exclusivo para llorar. Sin exageraciones pero llorar. Las lágrimas no resuelven los problemas pero desahogan el alma. ¡Qué vida!. Si todos fuéramos creyentes de un dios, además de llorar, rezaríamos una oración y dos plegarias. La oración por las fervientes plegarias... A veces le tenemos que echar un par de "razones" al asunto que nos desahucia, todo para no morir en el intento por sobrevivir.
 
No valen miserias y lamentos, de nada sirve insistir siempre en lo mismo. Si hay que llorar lloremos y sin pausa volvamos al coraje por la vida, y si no tenemos vida como si la tuviésemos. Hay que valorar las posibilidades en la balanza de las probabilidades y celebrar el resultado porque siempre será vida. Y celebrar la vida.

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