viernes, 22 de noviembre de 2013

La tragicomedia de la vida

Hay quienes pasan la vida entre calamidades y desgracias; entre preocupaciones y atropellos; entre elucubraciones oscuras y desastres espirituales; entre deseos. Entre las divagaciones del ingenio y pasan de soslayo por la tragicomedia de la vida. Pero tienen ganas de comer y de vivir; entonces, sufren el desprecio de su condición humana. Y están desesperados. Pero no somos muy diferentes, todos y todas padecemos esta triste situación; padecemos el mismo dolor... Queremos comer todos los días y volver a ser felices, pero eso ya no es posible porque Aznar ha dicho que El estado de Bienestar que vivíamos estaba por encima de nuestras posibilidades. ¿Y qué posibilidades tenemos ahora? Siempre podremos pedir limosna en las escaleras de la iglesia el domingo, o en las calles con una esquina a dos caras al sol, aunque según me cuentan pronto estará penalizado con multas de hasta 30.000 euros. ¿Si La Biblia dice que todos y todas somos hijos de Dios por qué ahora tienen que haber excepciones? ¿Por qué no la justicia igual para todos y todas? ¿Por qué este gobierno dijo que íbamos para mejor y es mentira? Un porciento a la baja y las noticias de ayer son clavadas las de hoy.
 
Y lo incomprensible que todos y todas de una u otra manera nos dejamos llevar por ese camino lleno de vacíos existenciales. Hasta para dejar el currículo en las ETT los hay que depositar en el buzón antes de las nueve de la mañana porque a las diez pasa el camión de la basura.
 
Ya el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) fijado en 645,30€ mensuales no está al alcance de todos los trabajadores en activo. Los que están en el paro no comen, y los que trabajan no les llega para comer.

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