jueves, 14 de noviembre de 2013

A un amigo

Cierto que a veces le doy a las cosas más vueltas de las que tiene. Sin embargo, el tiempo es contrario a mis intereses si hablo de las verdaderas necesidades que me acucian. No puedo esperar más. Y no hablo de amor, sino de mi hija. He llegado a la conclusión que ha malgastado el tiempo esperando un porvenir que no llega. Ni llegará. Entonces, seguiré persiguiendo en su nombre otros sueños en busca de otras oportunidades. En este momento de profunda reflexión advierto que no tengo nada que ganar... La batalla la tengo perdida. De nuevo toca ir en busca de una esperanza más fiable esta vez. ¿Otra decepción? Quizá, lo bueno que no es amiga sino amigo.

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