domingo, 3 de noviembre de 2013

Gracias

-Gracias.
-Es mi obligación.
-No lo creo. Gracias.
-No tienes que dármelas.
-Si hubiera una última palabra que yo dijera sería gracias.
-Lo hago porque eres mi amigo. Mi familia debe mucho a la tuya.
-¿Son panes prestados?
-Sí, hoy por ti, mañana por mí.
-Tú a mi no me debes nada...
-Sí te debo.
-¿Hablas de humanidad?
-Tu esposa y tú os pasasteis días y días postrados a los pies de la cama...
-Humanidad: eso no cuenta.
-Es impagable.
-Gracias.
-Gracias a ti.
-Pues quedamos en paz: ni tú me debes ni yo te debo.
-No, mi familia debe mucho a la tuya.
-Y dale.
-Bien, dile a Carmen que mañana la llamo.
-Se lo diré. Gracias.
-Buenas noches.
-Buenas noches.
-Adiós.
-Vale, pero solo por ti: Adiós.
-Adiós.
-Gracias.
-Eres un amigo.
-¿Te parece que hablemos mañana?
-Sí, hasta mañana.
-Hasta mañana, amigo.
  
Hay quienes dicen que la vecindad está en descomposición y culpan a la crisis de todo lo malo afirmando que hay cosas que solo ocurren aquí. La vecindad no está en descomposición y la crisis es culpable de lo que es... Cierto que hay situaciones crueles que pareciera que quienes las sufren sería mejor no existir. Y sería mejor si no hubiera esperanza... Somos víctimas de nuestras miserias y podríamos incluso ser sepultureros de desgracias nunca probadas. Vivimos una tragedia provocada por algunos y no somos culpables, y tampoco inocentes. Todos somos culpables, pero unos más que otros.

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