La tarde propicia la curiosidad. La tarde está maravillosa y anima a mirar lo que no apreciamos habitualmente por nuestros ojos, pero sí por el cerebro que nos deja información grabada en el subconsciente... La que no lo quiera ver que no lo vea, pero es innegable: El poder de la mente enloquece.
-¿De qué te conozco?
-Me conoces de un poco más allá de donde sale el sol... Vivo a la orilla de un mar.
-Me conoces de un poco más allá de donde sale el sol... Vivo a la orilla de un mar.
-Yo no te conozco.
-Sí me conoces, y además te quiero.
-¿Me quieres sin conocerme?
-Te conozco bien...
-¡Anda ya!.
-Te quiero tres mares y tú también me quieres, pero tú solo me quieres un mar.
-Estás mal de la cabeza...
-Cuenta sino las olas y verás...
-Sí, estás loca. No me cabe la menor duda.
-¿Me quieres sin conocerme?
-Te conozco bien...
-¡Anda ya!.
-Te quiero tres mares y tú también me quieres, pero tú solo me quieres un mar.
-Estás mal de la cabeza...
-Cuenta sino las olas y verás...
-Sí, estás loca. No me cabe la menor duda.
Jajaja si, creo que tu amiga esta loca con el perdón de su merced dirían los del pueblo.
ResponderEliminarMe haces reír o tu amiga, los dos están locos.
El tiempo propicia la locura. Beso.
ResponderEliminarSalud.
No, los pensamientos la propician.
ResponderEliminarCreo que decimos lo mismo. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Las olas son las que estan locas. Un beso.
ResponderEliminarY bueno, no tanto.
Lindo relato. feliz semana.
Todos estamos un poco... en fin. Beso.
ResponderEliminarSalud.