sábado, 22 de febrero de 2014

Deformación profesional

Hoy, sábado de fieles difuntos, no estaré para nadie, ni mi cabeza. Acabo de llegar de Les Seniaes con Patricia y tocó clase de filosofía. Lo de abordar circunstancias, tomar decisiones o reconocer el bien y el mal, ya no lo manejaré desde mi interior. De ahora en adelante la llamaré y le preguntaré para evitar errores. La Dama que no me deja ir quiere que refuerce mi capacidad de autocontrol y mi hija que dependa de ella para todo lo que tenga que ver con mi vida. Daré en loco.

Patricia -le dije-, al menos déjame controlar mis emociones. Déjame equivocarme por amor; lo demás te lo consulto, pero deja que mis emociones me guíen, por favor. (De no ser su padre, no habría controlado mis respuestas y sencillamente la hubiera asesinado).

1 comentario:

  1. Dicen que de viejos los padres se convierten en hijos de sus hijos, ¡Horror! pa´mis pulgas. ¿Te imaginas que te controlen de a todo? No no no no no, gracias.

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