A Eugenio, que sabe muy bien por qué la vida le ha tratado mal, puede morirse antes de que a su mujer le den el dinero que le prometieron y aprobaron hace cuatro años. Hablo de la Ley de Dependencia. Morirse él o su esposa, Carmen, que a al final es como si se murieran los dos. En realidad él solo se habrá ido a descansar: Todos los que hoy estamos muertos somos aquellos que no hemos sido capaces de alcanzar nuestros sueños (aunque estamos en ello).
Para hacer realidad nuestros sueños, hay que perseguirlos con tenacidad firme y sobre todo valiente. Nunca desmayarse, ni dejarse caer. Y el coraje siempre a la altura de la dignidad.
-Buen día: Les presento al encargado de cumplir mis sueños. No nos llevamos bien, supongo por mi carácter de pocos amigos.
Todos y todas tenemos un Ángel (ayer me vino a visitar Roxana desde el Plata y eso marca). Un rasgo excepcional de mi amiga Roxana es su fe religiosa y su capacidad para perdonar. Y Susana (si digo Roxana digo Susana), es más de creer en lo que más les conviene a los suyos. Más de nuestro tiempo, cree en lo que ve y en lo que se le supone a la gente de buen corazón. Roxana, además, en Dios y María. María la Paurísima Concepción. No la otra María, la Magdalena. El perdón, es una forma cristiana de enterrar a alguien en vida y sin rencor, y seguir adelante, al fin, a uno siempre le quedará la palabra. Y vivir nuestro tiempo, además de lo mismo, quedará París. Aunque según me cuentan ya no es lo que era.
Lo que importa en la vida no es morir o que Rajoy nos mate, sino saber por qué se muere. Sencillamente la gente muere, como se nos morirá Eugenio y mi pueblo ya no será el mismo sin sus hazañas, su ejemplo y su sabiduría. Nunca lo dije: Eugenio estuvo preso en los calabozos del ayuntamiento por negarse a vestir la ropa de falange. Vaya con él mi respeto, admiración y cariño. En realidad, cuando Eugenio se muera, algunos moriremos un poco. O ya estamos y no lo sabemos. Esperar a veces es morir, esperar por las promesas de Rajoy y que se cumplan los sueños... y el invierno no se va. (Menos mal que una Flor de María y su herida, menos mal que sus ojos de triste mirada, menos mal que su contagiosa esperanza. Menos mal).
Cada vez que hablas de tu amigo Eugenio me sorprende porque a pesar de todo lo que ha pasado no se amilana y sigue adelante. Habra que aprender de el y su espíritu de hombre libre.
ResponderEliminarTe diría que me lo saludaras pero es el unico en el pueblo -dices- que no le hablas de mi.
Hombre sabio es ese Eugenio.
No lo dudes. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Lo de sabio, quiero decir. Y saludarle de tu parte: él y yo, solo hablamos de Shakira y Rajoy. Y estamos de acuerdo en todo. Perdona. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Igual da.
ResponderEliminarTe corroe la envidia. Me acaba de llegar un ventolera... Beso.
ResponderEliminarSalud.
No, no soy envidiosa. Estoy enojada grrrrr.
ResponderEliminar"Enojada grrrr", porque no nos conoces. Si yo soy guapo Eugenio más... ¡Anda que no!. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Que importa si son guapos o no, no los conozco. Voy a estrellar mi cabeza contra la pared para que se me baje la muina. Doble grrrr.
ResponderEliminarNo te importará a ti... Beso.
ResponderEliminarSalud.