Un hombre conquistó a una mujer... así lo hizo. Y entraron en perfecta sintonía desde los primeros años con retoños que fueron la alegría de sus vidas. Sin darse cuenta se hicieron viejos, a la vez que su amor se mantenía como el primer día... Fueron felices. Pero un día él perdió la fe. Dicen que lo mató la utopía venciendo todas las alegrías. (Nada más que somos dos gotas de llanto a cada lado del mar).
No puede ser casualidad, ¿otro descuido de Dios y la María o un hombre cansado de su impotencia? Algo tendrá que explicar cuando vuelva, porque ha de volver del fracaso de todos los descuidos posibles. “Sálvese quien pueda”, al fin, el mal en su casa nunca ha perdido. Una cosa es morirse de enfermedad y otra cosa morirse de ausencia.
Una mujer ha perdido hace años su capacidad de asombro, prefiere no pensar mal y mantener la esperanza sobre quién debiera estar y no está... Los ejemplos sobran y asquean. Dios y la María están ocupados…
Ella dijo: ¡Grrrr!
ResponderEliminarEl: ¡Salvese quien pueda! Y echose a corer, seguido de se mujer que al verlo llegar sano y salvo, se olvido de agradecer a todos los dioses que lo hayan traído con bien y con rodillo en mano salió corriendo detrás del hombre mientras este decía: Espera viejita lo puedo explicar, ¡Auxilio!
Todo tiene su explicación, es cierto. Beso.
EliminarSalud.
Nada mas que somos dos gotas de llanto a cada lado del mar, sublime.
ResponderEliminarBeso de viernes de soslayo
Sé feliz. Beso.
EliminarSalud.
Lo soy, tu también.
ResponderEliminarTodos felices. ¡Viva México y viva España!. Beso.
ResponderEliminarSalud.
¡Y Asturias! ¡Y Andalucía! ¡Y Coacalco! Y al final como decimos en Mexico, ¡Viva Yo!
ResponderEliminarQué mal te veo... Beso.
ResponderEliminarSalud.
Fue un lapsus euforicus, pero ya paso.
ResponderEliminarMe alegro. Buenas madrugadas. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Buenas...
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