lunes, 10 de febrero de 2014

Confidencial

Como si estuviésemos amenazados por las fuerzas del mal, la vecina chistosa en mi pueblo tiene poder de trasformación. Controla al pueblo. Es más que el alcalde. Es el bien y el mal.
 
El asunto empezó sin ninguna intención. Eran dos amigas y estaban en una mesa cerca de la barra del bar donde yo tomaba café. Y al otro lado, desgraciadamente, estaba la vecina chismosa. El caso es que una a la otra le decía cosas del trabajo, que era llevadero y que tenía dos compañeras rubias. Solo una estaba casada.
 
-Yo del trabajo te vi salir con una que estaba muy bien.
-Era la rubia soltera.
-Pues es realmente guapa, ¿sabes qué edad tiene?
-Cuarenta años más o menos...
-Muy buena edad...
-Y muy buen cuerpo...
 
Estaba tan atento a la conversación que no me di cuenta que la vecina chismosa se había ido y que los lunes hay mercado en mi pueblo. (Cualquier comentario en este momento sobra por innecesario al ser innerente a la condición de chismosa de mi vecina).

1 comentario:

  1. Yo quisiera tener una amiga chismosa para que le fuera con el chisme a mi vecino el asesino de que no lo queremos aquí, pero mis vecinas son tan modositas y prudentes que... ¡Hey si hay una vecina chismosa! ¿Como fui a olvidarlo? ¡Doña Diabólica es esa vecina! Lo malo que también le diría el pecado y el pecador al vecino y correría peligro ((yo) de que alguno de los dos me conviertan en sapo y tu perderías a la mejor amiga que has tenido en todos los tiempos.

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