viernes, 7 de febrero de 2014

Desengaño

Nunca volveré a confiar en cualquiera. De viejo, lo tengo claro: todos son iguales.

He descubierto que la única diferencia que hay entre un ser injusto y otro justo es que el primero suele llevar a cabo sus fechorías, en cambio, el segundo, lo piensa y no lo descarta.
 
El caso es que me siento incapaz de hacerle frente a la muerte, incluso a la vida, y dado mi estado de ánimo actual, incluso me siento incapaz de tener la generosidad de convivir con cualquiera.
 
He perdido la prudencia y la confianza de vivir entre las necesidades que no puedo abolir. (Reparación con satisfacción).

2 comentarios:

  1. Nah, cuando se presente la muerte es probable que no tengas miedo por tanto eres capaz de enfrentaría. (ay se me encogió el corazón).

    ResponderEliminar