sábado, 16 de mayo de 2015

Que siga el país sin mí.

"Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro". Groucho Marx.

Como Groucho Marx, yo también me encierro en otra habitación y leo un libro cuando alguien enciende la televisión, pero a veces voy a llorar a Les Seniaes. Soy muy sensible y no siempre soy capaz de encerrarme en otra habitación y leer un libro. Sin más, acabo de llegar de Les Seniaes y llorar a lágrima viva al ver a Rajoy en bicicleta por las calles de Madrid. Lo que no hacemos de pequeños por sentido del ridículo, alguno lo hace de mayor sin sentido ni vergüenza. Que en campaña electoral vaya en bicicleta me da risa, pero que las encuestas le den como favorito pena me da. 

Hasta que no pasen las elecciones ni libros, ni prensa, ni siquiera Google y una búsqueda fácil de delitos relacionados con la corrupción política. El pasado como el presente, si hablamos de corrupción una búsqueda fácil en Google.
    
Creí que podía llegar, atarantado sí, pero llegar, y no. Han agotado mi paciencia. Los mensajes interesados y el tiempo transcurrido en esa perseverante empresa de ganar las elecciones se ha convertido en una pavorosa travesía para mí. Que siga el país sin mí.

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