Panorama desolador.

Si hablamos del mundo laboral hablamos de injusticias. De jornadas laborales interminables. De explotación. De falta de oportunidades. De exclusión laboral. De moradores del INEN. De gobiernos preocupados en ganar las elecciones. A estas alturas de la crisis no valen limosnas. La exclusión laboral es la antesala de la exclusión social. Y si la sociedad te excluye puedes ir haciendo las maletas: "Vente a Alemania, Pepe". No queremos ayudas familiares, queremos un puesto de trabajo. Aunque sea vulnerable, inestable y de salario mínimo. Se trata de comer. Si me dicen que un día iba a escribir esto... ¡Joder, dona!, estoy pensando en denunciarme a la justicia por apología de la explotación laboral.

Los informativos son terroríficos en cifras de desempleo. Tenemos derecho a un trabajo digno, no nos valen limosnas para acallar las conciencias. Este país está deteriorado en sus valores, de seguir creciendo la desigualdad y la pobreza las perspectivas de vida serán como las de empleo. Negro, muy negro se nos presenta el panorama laboral y social. En la tuna cantábamos, "las calles están mojadas y parece que llovió...". Pues digo que no ha parado de llover y las calles siguen mojadas pero ahora con sangre de los desahuciados de la vida. ¿Para qué tantos sabios economistas, para qué tantas reuniones del BCE, para qué tanto ministro en Bruselas si a fin de cuentas los "paganinis" son los de siempre? Tenemos un sistema laboral que cierra la puerta a la vida útil y a la dignidad humana.

Escuchen: Ya se oyen los cánticos de los políticos en campaña electoral prometiendo servir al pueblo en sus benditas necesidades cuando sabemos que los políticos solo se sirven de la política para sus asuntos particulares. Recuerden.