lunes, 11 de mayo de 2015

Ceguera perenne.

"Me cuesta más amar que odiar". 

Confieso haber dicho lo de arriba. Eran otros tiempos. Sería estupendo saber si a quienes amamos nos aman, o tienen conciencia de sentir nuestro amor, y comprenderlo. No pienso igual, pero esperar no me interesa: en los años altos, sin llegar a viejo, el tiempo es oro. Hoy comería aquellas palabras, por amor comería hasta las comillas. La vida pasa por tantos altibajos que decimos y desdecimos sin venir al caso. Si hablo de amor odio las cosas no son lo que parecen. El amor es paciente y sabe esperar. El odio no va con mi estilo. No me pega. Con palabras de amor iluminaría una mente que no reacciona ni sé si comprende. Ceguera perenne: invadiría las sombras de tu vida si aún estás en el mismo lugar para ser la luz de tu salvación. No quiero morir sin tener algo contigo. O si morir, resucitar juntos por amor.

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