Ojos para el llanto ajeno
Déjame llorar el llanto de todas tus soledades
y de todos tus cansancios.
Siempre he llorado abandonos y pena de los demás,
mi amor nunca fue mi amor.
Siempre fue cubrir heridas abiertas por otra mano.
Mi vida nunca fue mía.
Cada vida es algo mía, yo soy de todas las vidas.
No será mía mi muerte.
¡Ni eso tengo sólo mío! Todos se mueren en mi...
sólo lloro el llanto ajeno y el dolor de los demás.
Has de olvidarme mañana, lo mismo que él me olvidó.
Tengo en mí, sino de madre;
todos lloran en mi falda y yo siempre lloro sola.
¿Será que rechazo al hijo
eterno que duerme en mi y su lamento obstinado
es un gong de negación?
Lloro por todos los hombres en cansancio y soledad.
¡Nada es mío! ¡Nada es mío!.
Ni mis ansias, ni mi hijo, ni mi vida, ni mi amor.
Sobre el sordo Cosmos lloro
cansancios y soledad.
Yolanda Bedregal de Cónitzer, poeta, falleció el 21 de mayo de 1999.
Que ganas de sentir mía la poesía. Dice igualito a lo que pienso pero en bonito.
ResponderEliminarQue ganas de hacer mía la poesía.
Buenas Tú.
La elegí pensando en ti. Mejor me inspirabas una bachata... Beso.
ResponderEliminarSalud.