El viajero de sí mismo.
Voy pisando cadáveres de amantes
y viejas tumbas llenas de pasado
cubierto con cabello horripilante
del gran sepulcro universal tragado.
Acumulo mi yo exorbitante
y mi ilusión de Dios ensangrentado,
pues soy un espectáculo clamante
y un macho-santo ya desorbitado.
Mi amor te muerde como un perro de oro,
pero te exhibe en sus ancas de oro.
Wínétt, como una flor de extranjería.
Porque sin ti no hubiera descubierto
como una jarra de agua en el desierto
la mina antigua de mi poesía.
Carlos de Rokha, poeta, falleció el 30 de septiembre de 1962.
Muy intenso...
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