La paradoja del tiempo.
El tiempo pasa, dice usted? ¡Ah, no!
Por desgracia, tiempo queda, vamos;
o si no, eran esto no es así:
¿Qué necesidad de la cadena de las horas,
para la Juventud fueron siempre la nuestra?
El tiempo pasa, dices? ¡Ah no!
El nuestro es el engaño de los ojos
de hombres cuyos pies voladores,
el plomo a través de alguna baja paisaje;
pasamos, y pensamos que vemos
superficie fija de la tierra huya:
-Por desgracia, tiempo queda, ¡vamos!.
Una vez en los días de antaño,
sus cerraduras se arrugan oro,
y la mía había avergonzado al cuervo.
Ahora, en la etapa de auto-misma,
hemos llegado a la edad de plata;
el tiempo pasa, dices? ¡Ah no!.
Una vez, cuando mi voz era fuerte,
llené el bosque con la canción
para alabar su "rosa" y "nieve";
mi pájaro, que cantó, está muerto;
¿cuándo se huyeron sus rosas?
Por desgracia, tiempo queda, ¡vamos!
Véase, en lo que atravesado maneras,
¿qué atrasadas retrasos...
las esperanzas que utilizan saber?
¿Dónde están nuestros viejos deseos?
-Ah, donde aquellos desaparecieron incendios?
El tiempo pasa, dices? ¡Ah no!.
¿Hasta dónde, hasta dónde, oh dulce,
el pasado detrás de nuestros pies
se encuentra en la aún resplandor.
Ahora, en el camino a seguir,
vamos a doblamos las manos, y oramos;
por desgracia, tiempo queda, ¡vamos!.
Henry Austin Dobson, poeta, falleció el 2 de septiembre de 1921.
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