“Por el cosquilleo de mis pulgares, el maligno viene hacia mí”. William Shakespeare.
Un libro me relaja y enseña. Se trata de relajarme y dejarme llevar por la sabiduría de un libro bueno. También escribir me relaja... Hoy por la mañana me desbarató el maligno, la cuestión es esa y esa la tragedia. Y un día señalado -15- en el calendario especialmente dedicado a Ian lo eché a perder.... No es justo. Y qué dolor pedirles que se fueran... Y qué dolor verlos ir calle arriba... Patricia sabe. Qué pena no ser capaz... Duele el alma. Si me hubieran clavado un puñal en el corazón no hubiera sangrado...
Nunca aprenderé porque mi mente absurda la domina el maligno. No puedo con él, me supera. Leer un libro y escribir me relaja. La dama que no me deja ir asegura que si no duermo estoy jodido. Y ya van tres días... Dormir no depende de mí. Es el maligno que altera mi estado de ánimo y me impide dormir y ser yo en cualquier circunstancia.
Me gustaría ser capaz de aprender de un buen libro pero mi mente no procesa. Tener riqueza intelectual, y vitalidad, y dinamismo, y variedad en el placer. Y escribir en libertad. El escenario no puede ser mejor, pero soy mi peor enemigo. Realidad tétrica, injusta para quien me quiere, antipática para la vecindad. Todo es indeseable cuando el maligno viene hacia mí. En fin, he llamado a Patricia para disculparme, echado el cierre a las ventanas y puerta y desconectado el timbre: hoy solo estaré para mí. Y el maligno. Veremos en qué acaba la contienda. Se les quiere. Sean felices.
Cuestión de carácter es doblegar al maligno....
ResponderEliminarSaludos
Mente dividida. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud.
No sé qué decir que pueda ayudar a sentirte mejor.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo de corazón a corazón.
Te quiero. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.