domingo, 13 de septiembre de 2015

Cualidad de verosímil.

Me entristece saber que lo que escribo en este momento, algo que siento entre alguna urgencia, no lo volveré a sentir, o si lo siento tendrá otra interpretación. Si algo nace algo muere. No me leo más allá del día siguiente de haber escrito a no ser por un agradecimiento especial.

Mi vida se hace más interesante al correr del tiempo (no te veo pero te leo ligera antes de ir a trabajar...), digo tiempo y digo años, meses, semanas, días, ay. Diría que es una vida por entregas mi vida de ahora... De fijo no sé, pero creo que gané en el cambio, quiero decir si comparo mi vida de ahora con la de antes que no recuerdo (ni hecho en falta), gané y punto. Disfruto de una familia que me quiere, amigas idas que no se van porque han descubierto que soy buena gente, incluso enemigas que me estiman. Me siento querido: Muchas gracias. 

Cuando estoy solo escribo al azahar. Aclaración: cuando digo "estoy solo" quiero decir que no hay nadie conmigo, no que estoy porque vine y entonces aprovecho antes de volver para escribir al amor, la santa poesía y algún desvelo con los humildes en el corazón solo. Estoy aquí y no me iré por nada. Además me río. ¿Quién me daría más? Me río cuando mi ordenador me obliga a escribir cosas inverosímiles, no mentirosas, al menos que sepa... Ante un tribunal de justicia todo lo que escribo lo considerarían no probable o imposible de verificar. Un juez nunca me condenaría. (Quien cree en el bendito amor saben de qué hablo).

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