sábado, 19 de septiembre de 2015

Te quiere tu vecino y amigo.

A una vecina y amiga no la saludaré más... Aclaro que nada tiene que ver con ella, mujer encantadora. Mejor lo cuento: Su esposo regenta un concesionario de coches de lujo y de cuando en vez conduce un coche y otro diferente y con las lunas tintadas no la distingo y saludo los coches de lujo del pueblo y no. Yo soy muy mío y saludo a quien me saluda. Antes saludaba a toda la vecindad pero ya no. A una vecina y amiga, mujer encantadora, le digo que si no se apea del coche o baja la ventanilla y la veo, como siempre sonriente, me perdone porque no la saludaré. 

No te enojes, amiga, si no te saludo es porque no sé si eres o no. A pesar que en este pueblo hacen falta mujeres como tú. Sin tu sonrisa y tu alegría este pueblo sería una ruina. De pobres ya no saldríamos. (Que solo arranque una risa este comentario porque hablo en serio. Nada me gustaría más que reconocer a través de un cristal tintado tu sonrisa para saludarte siempre y no a veces). 

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