jueves, 3 de septiembre de 2015

¡Gilipollas!.

Gilí. Gilipollas: "Tonto, lelo, inocente, cándido", según la RAE.

“Un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo”. Mario Benedetti.

Mi esposa siempre fue ella de ordeno y mando, y ahora que trabaja más (en la vida siempre se puede ir a más en todo, incluso si uno es gilipollas). Como adjetivo vulgar a mi llamar gilipollas a alguien me ofende, especialmente porque lo lleva al campo de cierta discapacidad mental. Si se utiliza como desahogo nada como mirarse al espejo. Yo no lo digo ni lo diré porque considero que es un verdadero desprecio. (Tengo ejemplos, pero a Dios pongo por testigo que nunca será tema a tratar en de soslayo).

El asunto es que mi esposa hoy dijo a correfur y de buena mañana me dio una lista de artículos de primera necesidad que la nevera vacía. Pero tranquilo. Y me explicó que Ian y Patricia me acompañarían sin problemas... ¿Sin problemas? Para mí es un dolor de muelas o más dolor si existe ir a correfur.

Capaz, porque uno es un paisano de los de antes, pero vencido, traumatizado y triste de morir, tomé café con Patricia y antes de que el correfur abriera las puertas al público allí estábamos Ian, Patricia y yo.

Me estoy alejando de lo que verdaderamente ocurrió y yo no mentiría en algo tan serio, con perdón. Era una madre (o parecía) y su hijo: "¡Eres guilipollas, si no es por mí te habías muerto de hambre, inútil, no mereces ni lo que te pago... Y no solo tú, tu hermano también. Sois un par de inútiles. ¿Para qué quiero más campos si no es para daros de comer? Tengo suficiente para mí y tu padre. Quitaros de mi vista!". "Pero mamá...". ¡Gilipollas!. (Para ganar el perdón hay que merecerlo. Ahorra tanto como puedas para tu jubilación: temo que tus hijos y sus esposas y los hijos de tus hijos...).

Hoy en el correfur una madre proyectó todas sus miserias contra su hijo y me partió el alma. ¡La miseria humana no se detiene!. Éramos muchos y muchas los que oíamos tales exabruptos... Desprecio del peor. Ocurrió hace una hora o así en el correfur y sentí vergüenza ajena. Habrá hijos e hijas pero también hay padres y madres. De seguir en este plan de odio y resignación acabaremos dando en loco. (Ojalá mi esposa me dejara hacer la compra por internet a pesar de ser la estrategia validada por Alejandro Dumas (con su máscara de hierro y la cara más dura) para aumentar las listas del paro). "Te dije no a internet, al correfur vas tú, y no me lo vuelvas a repetir". Claro, cariño. Muchas gracias.

3 comentarios:

  1. Así está el mundo. Ya ni siquiera vamos para atrás como los cangrejos. La especie humana para la mala suerte de las demás especies, no está en vías de extinción. Con todo lo malo que podamos ser seguimos viviendo sin saber a donde ir.

    Hay gente a la que le debería ser negado el don de tener hijos por el bien de los mismos.


    Podría decir que fue una pena hayas presenciado esa escena pero pienso en el hijo maltratado, eso es una verdadera pena.

    Que eso no influya para malograrte lo que queda del día.

    Un abrazo de soslayo

    ResponderEliminar
  2. Hace falta más que una mala madre para amargarme el día... Muchas gracias. Beso.

    Salud.

    ResponderEliminar