De
pequeño, creía que mi madre se llamaba Alicia y mi país
Maravillas. Que "todo el mundo era bueno". Y yo a lo mío,
a contaminarme con el término, hasta que un día un niño me pegó
y me puse a pensar que no todo el mundo era bueno, que mi madre no
se llamaba Alicia, ni país Maravillas...
Entonces, llegué a casa y les pregunté a mis padres que, sin
responderme, me preguntaron a mí: ¿y qué te hizo pensar que la vida era cuento de hadas? Nadie te puede asegurar lo
malo y lo bueno. Confundido, traté de contestar a mis padres
pero era mucho saber para alguien como yo que solo recibía
información de lo que apreciaba en el mundo exterior. De niño uno cree y piensa diferente...
Crecí, y ya apenas me extrañó nada: los gobiernos "venden" sus
apariencias, las instituciones sus respetos, los empresarios sus
látigos o la vida sus descuidos. Todo se compra y se vende al mejor postor. La vida se interpreta y las
personas nos influyen, y aprendes que nos quieren por el interés y nos
traicionan. La vida es un gran bazar. La vida es caprichosa como una adolescente.
¿Qué
ocurriría si no hubiera algo bueno y malo en la vida...? ¿Sería una
causa directa de aceptación social?
Hoy,
es miércoles, y voy a Valencia a comer con mi hija. Mucho jaleo por
amor. Mi hija me quiere igual coma o no con ella. De viejo debo llevar una vida más
tranquila y ordenada. Y una gran capital no es buena
para mí... Voy enamorado y vendré desconsolado. Hace mucho calor y el
ruido me rompe la cabeza por dentro. Pero me apetece ir. Sé lo que es bueno para mí
y sin embargo cometo dolo. De viejo, uno toma riesgos que no
tomaría de joven. De viejo, uno paga por todo: por una colindancia
solidaria, por una amiga, por una mirada de soslayo, y, sobre todo, por una salud de hierro.
Hoy veré
a mi hija Cristel, la niña de mis ojos, y se me olvidarán todas las
tristezas. Seré completamente feliz, me contará y le contaré. Me contagiará su felicidad. Nos
reiremos juntos (es lo que más deseo): Necesito ser feliz. Pero de
vuelta a casa, al subir al coche (si no me ponen una multa como la
última vez), el mundo real se me echará encima y
me sentiré culpable. Y yo tan feliz...
Todos necesitamos ser felices, cuando encontramos una pequeña porción de felicidad en un hijo; un jardín; un abrazo; en la amistad; en un café observando una puesta de sol; en la mirada de una madre, hundámos en ello, en esos momentos, porque el tiempo nos va a indicar un día cualquiera que debimos disfrutarlos más, habrá sido todo muy breve cuando pase, cuando ya sea de mañana, cuando demasiado futuro nos sorprenda. Salúdala de mi parte, cariños.
ResponderEliminarLo haré. Beso.
EliminarSalud
quizás nuestras des ilusiones hacen necesario que sigamos creyendo (y contando) este cuento de hadas que es la vida??
ResponderEliminarbesos!
Y que no decaiga... Muchas gracias. Beso.
EliminarSalud
Disfruta, se mucho muy feliz y deja que el mundo ruede.
ResponderEliminarChau
... no sin mí. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.