¡Respiremos libertad!

La verdad, fui a dar un paseo por Les Seniaes y se me fue el santo al cielo, ay, dona, cómo te hecho de menos... Lo que más me cuesta es dar la primera revuelta del camino, donde está el perro que nos ladraba... que por cierto ahora solo gime cuando me ve llegar. ¡Joder dona!.
 
El caso es que me olvidé llamar a mi amigo el "mandilón". Pobre, dejarse arrastrar por los caprichos de su esposa. Que son sus obligaciones y no las de él. En mi casa mando yo y las faenas domésticas son asunto de mi esposa. Las cosas claras, así se lo dije cuando nos unimos en santo matrimonio (que no fue tan santo, pero en este pueblo no puedo decir que mi esposa y yo vivimos en pecado. Y que nuestras hijas no están bautizadas, ni comulgadas y todo lo demás.... Este pueblo aún comulga con ruedas de molino).
  
Pues le llamé y no se puso al teléfono... Su esposa me dijo que estúpido estaba desde que visitó a la psiquiatra asomado a la ventana esperando que pase una joven hermosa y le dedique una bendita sonrisa de soslayo. Le dio una pastilla de "espabilina" y está tonto, no hace vida de él. Que hable -me dijo-, con mi amiga la psiquiatra y que le devuelve, por favor, al mandilón de su marido...
  
Nada le contesté, pero como que Teruel existe, que no le diré nada a mi amiga la psiquiatra. Mi amigo vive esclavizado por su mujer. ¿Cómo explicar a una mujer que las faenas domésticas son asunto de ellas? Los hombres estamos a un nivel superior. ¿Qué no entienden?
 
Españoles: Quitémonos el delantal y volvamos a la verdad orgullosos de nuestra cultura machista. Un hombre no es una mujer y ellas lo saben... ¡Abajo la opresión del hombre por la mujer!. ¡Respiremos libertad!.