martes, 4 de junio de 2013

Es Eugenio y nunca cambiará

Ya Eugenio está más calmado. Hemos tomado café y me cuenta que el resultado de los análisis le salieron bien (para la edad que tiene, como a mí), pero sigue enojado, está más calmado pero sigue enojado. Sigue muy enojado, porque me dice... "Estamos ante la opresión de los tiempos actuales y no podemos dilatarlo por más tiempo, ha llegado el momento de tomar decisiones e intervenir de manera global. Los hechos son verdaderamente escalofriantes y más vergonzosos. Hablo de mi pueblo, pero son más pueblos. Los emigrantes que vienen contratados a este pueblo por empresarios vienen en condiciones de explotación a trabajar. Emigrantes explotados y obligadas a trabajar por un salario de vergüenza. Y nadie está exento. Este día, en un programa de televisión, la locomotora de Europa, Alemania, pagaba con minijobs a los aprendices mayores de dieciocho años. El trabajador de hoy se ha convertido en una mercancía más. Lo triste por lamentable es que nadie hace nada: si lo quieres bien y si no también, que hay que comer. En esta compra venta de mano de obra humana, la industria no quiebra a pesar de la crisis, sigue dejando grandes beneficios. Es la explotación de los más déviles... Es la opresión que no rompe las cadenas. Urge quitarles el negocio a estos dominadores sin escrúpulos que nos gobiernan. El ser humano no se compra ni se vende, y mucho menos se puede promocionar la mano de obra con rebajas del 50%. Ningún ciudadano es un producto de mercado. No se puede consentir que lo sea, no. No merecemos ser personas si permitimos que tanta gente sea cautiva en esta patria de algunos".

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