Las mil noches y una

Lo de esta noche fue un repasar la historia para tomar medidas, acaso como esas económicas con actuaciones restrictivas que un gobierno que no sabe nos tiene acostumbrados. Serán medidas que me llevarán a la realidad. Es la sentencia que debo cumplir aunque el costo por la sinceridad sea el silencio. Será una confesión que afectará a una relación de juegos Internáuticos, de palabras entrecortadas con largos silencios. (Dilucidar quién es). Una decisión que significará enfrentarse a las insaciables chantajistas de mil colores y cantidades de oficio que al enterarse perjudicarán nuestra onírica relación. Las leyes de la realidad están ahí y han de cumplirse.
  

Me aseguran quienes me informan que ya es verano. (En un mundo virtual  o te lo cuentan o no te enteras). Si algo le sobra a este macilento y virtual escribidor de decires con otros nombres, es capacidad para elaborar una trama y diseñar una estrategia para enfrentar la verdad. En de soslayo todo se escribe, y para que todo lo escrito alcance su fin, a partir de hoy seguiré una actitud sin promesas juradas donde lo escrito deberá cumplirse.
 

No sé qué pensará de todo esto, pero a la situación que hemos llegado está presa de unas apariencias alienadas con promesas y caricias de un filántropo que no lo es, y deben ser enfrentadas cuanto antes a una realidad acorde a la verdad. Esta relación de decires y quereres imposibles que llevamos, el primer paso lo he de dar yo, pero en complicidad con la María (que en este caso será un bello jazmín).
  

Estoy haciendo lo correcto, la trama nos acercará. Estoy seguro, porque existimos gracias a Internet, y no podemos seguir así. Sin importar las condiciones, aquí, en Les Seniaes, nos juntamos los dos cada noche a conversar de nuestras cosas: de la vida y un final feliz. Aquí, donde todo comenzó, convivimos tú y yo tan iguales, y a la vez tan desiguales que bien podríamos convivir sin contradicciones. Pero ese será tema para otro día si tú quieres... Un día, el Sabina, le cantó a Cristina: "Nadie le advierte que al cielo no se va en limusina/ qué mala suerte que no acepte la muerte propina./ Con su cara de dólar/ ha amortizado varios maridos/ pero siempre está sola poniéndole una vela a Cupido".