Me impones el caos en mi mente, me
arrebates la luz de la estética con tu vocabulario soez de alcoba
barata. Desprecias los sentimientos que pueblan mi vida con tu
insultante arrogancia; me inyectas tu veneno en las venas; desprecias
el principio humano: amor. Negación sistemática y abusiva: tus
chantajes, tus maneras de gentilidad, tu arrogancia. Indiscriminada
violencia. Infortunio. ¿Crees que debería mancillar la luz de la
María como símbolo inspirador?
Entonces me miro, y su mirada penetró
en mi corazón como la punta de un dardo envenenado.
Repetiré su nombre en la noche, cada
letra que lo forma, y a base de repetir su nombre, en vez de desearla
la lloraré. Le dediqué miles de sueños... Comprendo su lujuria
pero me sorprende su atracción... y su partida.
Sin emoción,
sin esperanza,
sin consuelo:
vacío el alma.
Me deja irresoluto.
Me enseño la cara oscura de la
luna, a disfrutar con ella, y ahora desaparece en un día pasado por
agua que auspicia tormenta. La acompañaría a dónde fuera, iría
con ella a caminar bajo la lluvia. Haría de este día un adiós sin
resentimientos. No le guardaré rencor. No puedo guardar rencor al
amor...
Buena iniciativa pero irresponsable: Tú, que cantas tus vivencias por la ribera
del río, escucha cómo repito tu nombre: Bella. Bella. Bella...
Como repito tu nombre, canta un enamorado en su llanto... Mandas en
mi corazón: ¿por qué ahora me ofreces la ley del silencio?
Bella de altos vuelos... Afrodita.
Espero que tu Bella vuelva si con eso eres feliz, nadie debía abandonar a los poetas.
ResponderEliminarTodos somos felices con algo... Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.