lunes, 3 de junio de 2013

Soy mi palabra

No creo ser diferente a la mayoría. Creo en un mundo mejor. Tengo hambre y sed de justicia. Me duele la sociedad. Y me duele el alma. Mi alma herida que transciende a la verdad. De ahí que mis sentimientos no estén en la onda. Tengo dificultades para cambiar mi proceder. A veces lo consigo y la mayoría no. Intento cambiar si me doy cuenta que he obrado mal, pero siempre llego tarde. Lamento ser lo que soy.
  
Una pena ser como soy. Un lamentable error que no puedo evitar. Una paradoja de la exclusión. Si pudiera me despojaría de todos mis egoísmos y compartiría más, sobre todo los afectos. Soy así, y aunque me gustaría ser diferente no puedo. Llevo en silencio mi forma de ser, y como soy incapaz de abrir mi corazón a quien me interesa, plego velas y hoy paz y mañana gloria. ¿Qué más puedo hacer? Según lo veo nada. Nada pido nada espero. Sino el respeto de quien respeto que es a todo el mundo. (No tengo conciencia de haber cometido lo que alguna me atribuye).
     
Conciencia moral. Llevo años pidiendo perdón y nada vale: soy incapaz de cambiar. Sinceramente creo que no volveré a intentar orientar mi vida por otros derroteros que no sean los que considera capaz de controlar... No excluiré a nadie ni permitiré que nadie me excluya. No soy una marioneta, ni objeto de consumo. Soy mi palabra. (Vuelvo a mi mundo).

4 comentarios:

  1. Ese "vuelvo a mi mundo" me suena amenazador. No eres un error eres un testarudo gruñón.
    Yo tampoco nada espero a estas alturas de la vida lo único que quiero es morir sin contemplaciones pero antes vivir sin penas. Cosa harto difícil.

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  2. Veremos. Muchas gracias. Salud.

    Beso.

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  3. ¿Leíste el haiku? ¿Adivina para quien es?

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