¿Qué me dices, amor?

Nadie está autorizado a quitarme la vida. Sin embargo, si fuera creyente en una fe religiosa a su dios le permitiría quitármela, o que decidiera cuándo debo abandonar la vida terrenal. Las religiones son así. O yo las veo así. Te dejas llevar por una fe religiosa y no eres nadie. ¿Pero es malo ser nadie? Sino malo es cómodo; es dejar que alguien guíe tus pasos hasta la muerte. No creo estar lejos de esa verdad, además, se puede consultar porque todo está escrito: las religiones tienen un libro gordo donde definen sus estatutos. No es menester pensar. Y para interpretarlos están sus gobiernos.
 

A lo largo de la existencia humana las distintas religiones nunca se llevaron bien. Todas se creen únicas y verdaderas. Es un mal generalizado. Digo yo que si sus gobiernos fueran elegidos democráticamente tal vez fueran con los tiempos y así evolucionarían. Eso estaría bien. También podrían dialogar entre ellos y unificar criterios para que sus feligreses se llevaran bien... No es bueno que las religiones enfrente y separen a sus feligreses, y con ellos al ser humano.
 

Me estoy dejando llevar por razonamientos religiosos que no me llevan a ningún lugar. Y todo por no tener algo interesante de qué escribir. Ocurre, y recientemente más a menudo: me estoy quedando sin ideas o inspiración si es lo mismo. Hablaría de corrupción que siempre está de actualidad pero ya me aburre: ¡que los metan a todos en la cárcel y volvamos a confiar unos y otras en la política y en un futuro mejor!. De fúrtbol ni pensarlo. De amor escribo a diario, pero no recibo respuesta... ¿Y de guerras? Mientras haya unos ojos decidores clamando amor, habrá guerras. Todo por Amor. Todo por la Patria. Esto es la guerra... ¡más madera!.
 

No me explico cómo hemos llegado a este extremo, a morir por amor y a matar en nombre de Dios... ¡Joder dona!, ¿en qué nos hemos convertido? Violencias de todo tipo nos acorralan... ¿Adónde nos llevará este mundo sin ley? Estamos atrapados en una sociedad violenta que no sabe a dónde ir.
 

A veces pienso que me gustaría renacer en ti... o morir contigo si me matas y no resucitar jamás. No creo que seamos capaces de volver al amor, a creer en el ser humano. A ser más humanos. Al menos contigo tendría una oportunidad. ¿Qué me dices, amor?