Vivir
feliz es lo que aspira la ciudadanía, y Rajoy lo sabe. ¿Pero qué
hace para que seamos felices? Dice que hace lo posible para sacarnos
de la crisis, pero que la cosa va para largo... Se compromete a
devolver la estabilidad financiera del país. A crear empleo estable. A
mantener las pensiones. A sacar del la pobreza a los más
necesitados. Pero sanidad, dependencia, educación; de una vivienda digna
nada dice porque nunca dejamos de tenerlo. Igual no estamos mal.
¿Nos quejamos de vicio? ¿Y el desasosiego? El desasosiego mata.
El desasosiego que vivimos no nos lo merecemos. Ni los recortes. Nada malo merece el pueblo. Pero Rajoy no reconoce
nada más que lo que reconoce. Como las mentiras de Bárcenas que son salvo algunas verdades.
Para combatir el desasosiego necesitamos políticas esperanzadoras. Confianza. Con carácter de urgencia, Rajoy, necesita eliminar el miedo que se apodera de la sociedad. Y poder dar de comer a nuestros hijos. Desde ayer los niños no van a la escuela por la tarde y los maestros y asociaciones de padres temen que serán muchos los niños que se quedarán sin comer... O desbordarán las previsiones de los comedores sociales.
Existen obstáculos, los cuales hay que enfrentar para devolver la confianza al pueblo. El desasosiego nos abraza y no somos capaces de reaccionar. En estos momentos dependemos de la incertidumbre de futuro y la caridad de muchos. Rajoy tiene la obligación de tomar medidas efectivas de protección para desterrar el desasosiego que provoca la crisis y arremeter contra los males que aquejan a nuestra sociedad.
"Cuando
me analizo me deprimo, cuando me comparo me ensalzo". San
Agustín.
El desasosiego es algo que los políticos nunca podrán erradicar, es su sello personal.
ResponderEliminarSon una calamidad. Muchas gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.