¿Qué es lo que más le gusta de los hombres? le preguntó el intrépido periodista a la famosa escritora. Ella no dudó. Su ausencia, dijo.
En un periódico de gran tirada, uno de sus más intrépidos periodistas escribía un folletín para el extra dominical en colaboración con una famosa escritora cuyo nombre nunca trascendió. No escribían en conjunto (ni se conocían), lo hacían alternativamente, así que una semana el periodista escribía su capítulo y a la semana siguiente lo hacía su desconocida colaboradora. Pero un día se enemistaron (vanidad de vanidades), y al domingo siguiente, cuando el intrépido periodista cogió el extra dominical para leer el capítulo escrito por su colaboradora y así poder continuar la historia, descubrió que ésta había sido interrumpida de manera despiadada por la famosa escritora en venganza: Su colaboradora, en un acto de sensatez sin precedentes en el mundo de la literatura, había embarcado a todos los personajes del folletín en una patera y los había hundido en lo más profundo del océano.
Lo has clavado: "Las mejores novelas suelen tener historias secretas dentro que descubre cada lector. No hay muchas, tal vez afortunadamente: las complicidades no deben ser nunca numerosas".
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