Mi amiga sabe lo que dice, compartir café en una amena charla mirándose a la cara es mucho. Pero no deja de reconocer que este medio (Internet), le permite cruzar el Atlántico para darle un beso a una persona amada, a una amiga del alma. Y si de elegir se trata, elige lo aprehendido (asimilar, llegar a entender inmediatamente, según la RAE). La interacción que se ejerce a través de Internet es inmediata, entonces, si hablamos de sentimientos igual discrepo o estoy con mi amiga, no sé.
Hay quien cree que existe el amor a primera vista; otros lo consideran ciencia ficción. Incluso investigaciones recientes han establecido un mecanismo intuitivo para medir en unos minutos de conversación a un potencial amor.
Sin embargo, la palabra en Internet tiene un valor añadido. Las prisas no entran en sus planes. Sin querer, uno va sacando lo que tiene en sus adentros a la vez que descubre algo que no sabía, y así puede dar lo mejor de sí mismo. Ante un café y una amena conversación se conoce a la persona físicamente. Y ante un mar inmenso de por medio se conoce el alma de la misma. El amor a primera vista quizá; el amor que hace pareja en la horizontalidad entre sábanas blancas seguro. Pero el amor a través de Internet... ay. (Tengo pruebas).
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