El espejo de los sentimientos

Mi esposa me dice que le diga a una amiga que la quiero, pero yo solo le daría un beso. Me dice que ella dijo en facebook que me quería. Estoy seguro que en facebook todos se quieren. Quizá debiera abrir una cuenta en facebook para decir a todo el mundo que lo quiero. Al mundo entero quiero. ¡Qué estupidez!.

Mi esposa me dice que le diga a una amiga que la quiero porque entre ella y yo hubo unas malas interpretaciones, un conflicto de intereses funestos que ahora obstaculizan la comprensión armoniosa de los dos. Naturalmente eso ocurre cuando no se tiene una comunicación adecuada. Todos queremos saber lo que ignoramos y cuando sabemos algo, seguimos en busca de más que ignoramos. El saber es insaciable. Y eso es bueno y es malo. Aunque todo es vida. Vivimos a impulsos, a velocidades que dejarían estupefacientes a nuestros antepasados. Deberíamos tomar la vida con más calma y medir las palabras para que no haya malas interpretaciones. Yo no le diré que la quiero por mucho que mi esposa se empeñe y ella lo diga en facebook, y abrir una cuenta en facebook para decirle que la quiero no me apetece. Según parece en facebook es fácil decir te quiero, pero a mí me cuesta decirlo, prefiero darle un beso que es una forma superior de querer. Un beso es amor y su objetivo es un te quiero sentido en el silencio del lenguaje de los gestos.

Cada persona es como es y sus formas se explican solas. La comunicación encierra contenido y formas. Reflexionar sobre lo que se dijo para llegar al fondo de la cuestión es asunto de cada cual. Y a cada cual le corresponde interpretar la verdad que se refleja en el espejo de los sentimientos.