martes, 19 de junio de 2012

Un amigo confiable

Dicen que hay escritores que mienten para decir la verdad y viceversa. Pareciera que no hay escritores honrados. Según me cuentan algunos son antisociales y gruñones. Tal vez aquellos que envían sus compromisos de vacaciones cuando les interesa. Los de actitudes sinuosas que nunca se sabe si suben o bajan, o adónde puede llevarles sus instintos oportunistas. Hay escritores detestados por sus esposas porque llevan practicando el haragán toda la vida. No cooperan en las tareas domésticas y eso enardece a sus esposas. Enardecían, que muchas esposas han perdido la esperanza. ¡Eh!, que no hablo de mí, que yo coopero en casa y nunca miento para decir la verdad; yo soy buena gente además de confiable. Considero que es mejor ser confiable que buena gente. Lo uno no tiene que ver con lo otro: Ser confiable es mucho más que ser buena gente.

Una amiga ha perdido la confianza en mí a pesar de que me considera buena gente. A pesar de que no pierde la ocasión de decirme que me quiere no confía en mí. A una amiga no le gustó que le dijera. Lástima.

-¿Sigues escribiendo?
-¿Acaso no me lees?
-Yo no, pero mi marido sí.
-Escribo a diario, y de cuando en vez lo hago de ti. Pero más importante que lo que escribo de ti, es el lápiz que uso.
-No te entiendo, pero confío que escribas bien de mí.
-Antes sí.
-¿Antes sí?
-Antes sí confiabas en mí, ahora no.
-¿Entonces ya no somos amigos?
-Supongo que como tú ves las cosas somos amigos, aunque no confías en mí. ¿Verdad que la vida está llena de contradicciones?
-Tengo prisa.
-Hasta después.

Con un lápiz se pueden escribir grandes historias si no se olvida que existe una mano que lo sostiene y dirige. Esa mano, si va pegada a un hombro confiable lo que escriba nada importa. El caso es que de cuando en vez, y de tanto escribir, al lápiz hay sacarle punta y la mano dejarla descansar. El lápiz no se cansa, la mano sí. El lápiz tiene en la parte superior un borrador para cuando se equivoca, aunque corregir no significa que esté mal escrito, sino que es algo que se debe rectificar para mantener el hilo de la cuestión. El lápiz no importa la madera de la que esté fabricado, si noble o no, que el lápiz no va de por libre, siempre hay una mano que lo guía, puede adaptarse a las circunstancias sin problemas. Pero el lápiz, si se olvida, puede dejar su marca en el papel como la amistad deja heridas en el alma, así que conviene estar atento por si en un descuido escribe a libre albedrío y hace daño. Un escritor confiable debe tener el lápiz controlado y escribir para aportar una risa al menos, o paz, o armonía, o quizás una duda razonable. Para escribir uno debe ser capaz de soportar el desprecio. 
     
Así anda uno esta mañana preocupado porque hay quien no sabe que no es lo mismo ser buena gente que confiable. Un amigo puede ser buena gente pero no todos los amigos son confiables. Amigo le llamamos a cualquiera, bien sea en la cama o en el bar con un mojito. Pero un amigo confiable, un amigo del alma... Como el bolero: "A las mujeres se las puede querer pero no entender".

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