Si hablo de prostitutas pienso en los políticos y jueces, entonces, si tengo que elegir, sin duda me quedo con las prostitutas. Porque las prostitutas venden lo que es suyo y los políticos y jueces venden lo que no les pertenece y compran con cargo al erario.
Ignorante, además de malintencionado ha de ser quien compara políticos y jueces con prostitutas, y maleducado, porque es una falta de respeto hacia las prostitutas. El oficio de prostituta, con el de poeta, son de los más antiguos y respetados desde que el mundo es mundo, no me explico tal menosprecio. Las prostitutas se resarcen de la pobreza como pueden, como cualquier trabajador, quizá también explotado. Y todo con su cuerpo, que por cierto les pertenece de nacimiento. Estoy seguro que si algo se cumple en este triste y melancólico país es el pacto de impunidad entre ciertos sectores del poder político y judicial. Porque los jueces, como dijo Bertolt Brecht, son incorruptibles en este sentido. No hay dinero en el mundo que los haga fallar conforme a lo que manda la ley.
Ay, a veces se me olvida quien soy y rezo en el desconsuelo de quien se siente desamparado. Y me dirijo a Él como si permaneciera vivo y cercano. Pero no: Jesús ha muerto.
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