sábado, 23 de junio de 2012

Mi compañera amiga

Desvelada vivirás en el recuerdo insomne de mis noches,
en el retrato sobre la mesita que miraré antes de dormir.
Mascota que me trajo la suerte,
dona,
mascota que destrozó todas mis angustias
y algún temor.

Y pensar que no existías...
Hubo días que inventaste para mí,
para hacerme más llevadera la vida que ya siempre será nuestro secreto,
enloquecido secreto.

Tu aliento siempre pegado a mí,
caliente,
húmedo:
Tu aliento sobre mi piel.

Y cómo explicar,
-de querer-,
este sentimiento nuestro de amor perturbado,
de esquinas,
de farolas,
de ruedas,
de días y días compartidos.

Y cómo explicar que te quiero,
que sin saber de ti ya te quería.
Que te esperaba,
y que antes de nacer ya te conocía.

Para sentirme cerca de ti,
cada amanecer que alcance a ver 
le pondré tu nombre:
dona, dona, dona, dona...

Te llevaré siempre en mi corazón
y seguiré confiándote mis confidencias,
aunque luego digan.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Apresuradamente he tenido que eliminar mi comentario, después de hablar con mi hija, y decirme que dona estaba paseando, y me alegro mucho.
    Tu publicación me dio a entender que dona ya no estaba entre nosotros.

    PD: tenemos un parlao con café o coca cola pendiente.

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