Al gobierno le importa el dinero para dárselo a los bancos. La primera partida que les dieron (y fue un gobierno socialista) la emplearon para retribuir a sus consejeros y accionistas. La segunda partida (ya un gobierno popular) fue para sanear sus cuentas. Pero echaron mal los números y necesitan más. Ahora sí que somos pobres de verdad, porque a este gobierno parece no importarle la exclusión y la marginación, la redistribución de la riqueza, la ética de las instituciones. Los derechos ciudadanos. Es la economía, las finanzas, los bancos solamente lo que mueve a este gobierno.
La crisis seguirá creciendo hasta que no se ponga empeño en salir del déficit moral que nos gobierna. El componente moral no puede obviarse de ninguna institución política, económica o judicial, y a más sabiendo que por encima de todo están las personas. Un gobierno de porcientos no es lo que necesita este país. Pero sigue tratándonos como hormigas a las puertas del INEM.
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