Ya solo existe vida si se imagina

El camino de los desempleados es el camino de la desesperanza, y sin esperanza se llega a no saber qué hacer con la vida. El problema es político y como tal debe ser tratado. Las familias necesitan dinero, las empresas también, y las Comunidades Autónomas, y el Estado: todos necesitamos dinero. Y un gobierno, a través de la psicología del engaño y la incapacidad, solo dice para después contradecirse. Es desalentador. Y luego está la macrocefalia de las instituciones (Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas, Senado, Congreso de los Diputados, partidos políticos, sindicatos, comités de uno, asociaciones de otro, y todos los comités ejecutivos) que explican más que el uso el abuso de los recursos del Estado. Y cientos de miles de trabajadores seguirán perdiendo su puesto de trabajo. La economía del Estado cada día es más insostenible y menos respetuosa con la ciudadanía. Y más lo será si no se rectifica. El G20 le dice a Rajoy y Rajoy dice que no le dicen. Rajoy promociona comportamientos nefastos que responden a desafíos incomprensibles que no explica en el debate sobre el estado de la nación porque no. Un gobierno y sus políticas producen desempleados a escala mayor. Estado de bienestar para la clase dirigente y de malestar para la ciudadanía.

Por el camino de los desempleados volverán las oscuras golondrinas de los vencidos, de los mancos y no de Levanto. Y los jueces metidos en sus trifulcas no tienen tiempo para lo suyo que es la justicia que necesitamos. Nos estamos acostumbrando al mal menor. Ya los poetas han muerto y solo estamos por enterrar definitivamente a la santa poesía en una noche gris de sueños que teme la luz del alba. Ya solo existe vida si se imagina. Buenos días.