lunes, 12 de septiembre de 2011

Mis ansias

Aún sin haber pecado, mi alma se desangra. Una paloma ha caído víctima de la ignorancia y se aposenta en mi mente. Si yo era el único creía en mí... Y ahora... Recibí tu llamada para decirme que así no podías seguir... y en un acto de cobardía te dejé ir. Y ahora, cómo evitar que se apilen los recuerdos. Solo tú, yo, y tu magia enamorada. Cómo volver, como siempre volvía por tus pasos... Recordarte es morir un poco cada día. Sin embargo, ahora, culpable mi ignorancia, te invitaría a volar en busca de la sabiduría y al encuentro del amor. Me recrearía en tus ideas. En la visión de tus ojos negros. En tu humanismo irreverente con sus acordes sencillos de aquí y allá. Cómo volver a ti... a tu espíritu trashumante; cómo volver a la vida, poesía. Volar de nuevo al manantial inagotable de tu sonrisa. A tu mirada perdida. A sumergirme en tus labios. A disfrutar el amor. Un poeta de verso fácil quizá construyera con una simple metáfora tu propia identidad con todo lujo de detalles. También una canción de amor con vivencias extraordinarias. Pero yo... tú... siempre parte de mí. Yo no soy una canción, ni siquiera soy un verbo, una metáfora fértil camino de su verso... Y ahora sin ti... La vida será una eternidad que no se renueva. Y no exagero, pero también será un espanto. "Los sueños de los grandes soñadores jamás llegan a cumplirse, siempre son superados". Alfred Lord Whitehead. Y ahora, en este día, quisiera regalarte mi otra media vida, la que vive en mis sueños y nunca te ofrecí. Y, si tú quieres, dejaré mi ser para convertirme en carne de tu cuerpo y sangre de tus labios. Caminaré en la noche con la luna y volaré con el sol... Te encontraré.

2 comentarios:

  1. Sí, me encontrarás, porque el sol y la luna a veces, allá en el cielo que nos cobija, se provocan y convergen en aquel eclipse que nos anuncia el noticiero para que no nos perdamos del enamoramiento estelar. Sí, me encontrarás, porque es mi deseo, además, y todo cuanto deseo, persigo hasta el ocaso, y en repetidos amaneceres, también.

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  2. Amor, no vuelvas, no lo resistiría... prefiero buscarte.

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