Qué si dijera que aún canta el gallo al alba... Pues sí, y al ocaso. Y que nadie se le ocurra tacharme de mentiroso o de vivir en el pasado... El gallo aún sigue cantando a pesar de los pesares y todos los olvidos. Hay quienes por falta de un atardecer más romántico entre las prisas y la polución de la ciudad se conforman con la parte trasera de un (Simca 1000) coche para amarse a la luz de la luna como experiencia de un primer beso romántico. Qué si dijera que aún existe la belleza y la poesía que permiten la admiración, la emoción y la feliz conjunción de lo sublime con la vida... El arte en todas sus manifestaciones está muy presente en las personas que se toman su tiempo. Su tiempo. Nuestro tiempo. Basta de lo escandaloso de las prisas y su cuenta de resultados. Mi niña me dice que ayer cumplió con sus expectativas de venta a pesar de un poniente exagerado que apenas dejó salir de casa a la gente. Exageraciones mediocres de una sociedad que todo se lo cree si se trata de mercantilizar su tiempo. Tal parece que no nos damos cuenta que lo único que nos regalaron al nacer es tiempo, y lo estamos malgastando. Vivimos sometidos por las prisas. El ministro Valeriano Gómez dice que vale más un trabajador en precario que en el paro. Supongo que quiere decir que después de ocho años gobernando no fueron capaces de generar empleo estable y mejor así. De cuando en vez (sino a todas horas) conviene recordar los millones de parados uno detrás de otro en la fila del paro. También que en los mismos ocho años tuvieron tiempo, su tiempo, para pinchar con cautela esa burbuja inmobiliaria que tanto daño nos hace y seguirá haciendo... Si fuéramos capaces de conjugar el valor sentimental elaborado en la calidad de un sustrato artístico o filosófico que tendiera a traspasar las puertas de esta macabra realidad que nos golpea sin piedad y disfrutar de la vida dándole valor al tiempo y empleándolo con sentido común... otro gallo nos cantaría. Como si Dios nos volviera a dar otra oportunidad: "Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; tu limosna quedará así en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará". No tienes que salir a la calle cantando tus bondades, ni todo lo contrario. Los quehaceres humanos se complementan. Solo cuenta la razón de los hechos, y el resultado, claro. La vida sigue siendo maravillosa si nos damos tiempo para disfrutarla. Para compartirla dándole tiempo al tiempo. Su tiempo. Tiempo para contemplarla y mirarla, mirarla con emoción, aunque sea de soslayo... "Se hace esencial una nueva manera de pensar, si es que la humanidad quiere sobrevivir". Albert Einstein.
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