"Saca el máximo de tus capacidades y maneja tus carencias. Sé capaz de encontrarte con tu esencia, con tu yo interno, contigo mismo... Acéptate y esfuérzate por ser mejor".
Las leyes de la naturaleza dejan meridianamente claro que cuando una puerta se cierra otra se abre. A lo largo de mi vida he tenido sueños y he tenido pesadillas. Y superé mis pesadillas gracias a mis sueños. O sea, estoy en condiciones de afirmar que el éxito por fuera comienza con el éxito por dentro, y para ello es necesario cambiar la manera de pensar. Somos dueños de nuestro destino (el futuro es nuestro), la tarea que se nos ha impuesto no es superior a nuestras fuerzas, las propuestas no están por encima de nuestras posibilidades... Y en eso anda metido uno esta mañana, en que lo prioritario no es comprender la existencia, sino vivir y dejar vivir. A ningún lugar nos conduce prejuzgar las maneras de pensar y obrar de los demás. Se ha devaluado tanto el pensamiento que más parece un producto de rebajas sin precedente, abaratado como jamás, hasta el punto que a muchos ya todo les da igual y quieren entregar sus sueños, sin darse cuenta que la vida se reduce a la riqueza de nuestro pensamiento. Mente solo hay una, amiga inspiradora también... Tremendo destino. Y lo malo es saber que algunos ya no regresarán jamás porque han caído en la trampa de las mentiras envenenadas de los encantadores de serpientes. Esta es la verdadera crisis, aquella que prescinde de la colindancia y su pensamiento libre... ¿Comprenderemos algún día que la mente tiene el poder de atraer hacia la vida todo aquello que se desea? Actitudes diferentes. Mente abierta. Arriba los sueños. Abajo las pesadillas. Mayo del 68. (Uy, esto no estaba en el guión). Salud mental. Lo único que se interpone entre nosotros y nuestros sueños es el miedo. No hay satisfacción en preparar los alimentos que están precocinados, pero hay emoción cuando uno alcanza sus sueños más hermosos... (Humano hasta las entrañas).
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