jueves, 1 de septiembre de 2011

Recuerdos de un pasado reciente

Recuerdo los amigos con quienes compartía los domingos un café, unos vinos y alguna idea de compromiso social... Recuerdo que mutuamente nos ayudábamos a perdonar a la María algún descuido quizá de piernas largas y mirada sincera, de algún mar de juventud. Naturalmente el humano ser es una criatura que necesita descubrir ese poder que su ignorancia oculta. La vida es mutable y sus valores inalterables. Por eso hay que saber navegar contra el viento por todos los mares. Y se necesita remar duro entre las brumas y sus brisas tantas veces huracanadas, mejor apoyarnos en la fortaleza de la fe... No lo sé, puede que sea una nostalgia disfrazada de emoción o quizás un deseo. Quizás en mis adentros se esté fraguando algún desafío que me impulsaría a transformar algo en un espíritu fugaz que me enseñara el camino para encontrar el rostro de un amor. Habrá quienes digan, y más ahora con la visita del papa, que si la religión... Sin embargo para mí solo el amor es capaz de crear vida. Que la vida sin amor y santa poesía para explicarlo. Desde que nacemos el proceso hasta la muerte es inexorable. Además, que es imposible retrasarlo: tic tac, tic tac... El reloj de la vida nunca se para. Pero a través del tiempo uno va adquiriendo experiencias y las va acumulando creyendo que por eso vamos a ser mejores, porque sabemos más, porque la vida nos enseño y... Que no y hablo por mí, que no soy mejor ni sé más por vivir en los años altos de mi vida. Como todos y todas. Que ya nos vale de aparentar, de hacernos respetar por nuestras canas o calaveras. Es más, se comenta que los hijos nos quieren más a los padres cuanto más viejos son. Y lo peor, los padres lo creemos. ¡Estúpidos!. Los padres tenemos que ganar el respeto y el cariño de nuestros hijos cada día con buenas acciones que son ejemplos y que son comportamientos de afecto. Y ellos igual que son dos rayas. Cada día hay que trabajar juntos por al alcanzar el amor. Las personas son tan jóvenes o tan viejas como sea su concepción de las cosas, de la alegría y el entusiasmo que seamos capaz de trasmitir a los demás... Que sí, y ya nos vale de tanta pose y tanto fingir. Que si la vida nos perjudicó porque si patatín un tango, que si patatán un bolero. Ya nos vale de cantar miserias que simplemente son miserias sin contrastar. Que vaya usted a saber cuanto de verdad hay en ellas. Hay que vivir la vida y disfrutar de ella. Pero carajo, también hay que dejar vivir. El deseo de vivir es imperativo. Compartir los buenos momentos, el amor y la santa poesía también, ¿qué pasa? Eso sí, la vida no obliga a nada cada cual puede quedarse en la mudez entumecida o en el regazo de la muerte nada más nacer. Cruel destino es el silencio.

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