Un libro de poesía no acaba hasta que su autor cierra todas las comillas y todos los paréntesis. Hasta que pone punto final al último verso, pero siempre queda tiempo para unos puntos suspensivos... quizá de urgencias; y algún interrogante. Entonces, sí que sí: FIN. La historia comienza en la mente del poeta y lo va combinando entre sueños, sentimientos, ilusiones... luego lo menea al sol que más calienta. Escribir un libro de poemas ha de ser gratificante. Aunque no permanezca en la memoria de su autor. "Podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía", dijo Bécquer. Quisiera que fuera eterna la vida de un poeta, Gustavo Adolfo Bécquer, por decir, para que en su inspiración poética no dejara de fluir. Ya, no es posible: Nada permanece en el tiempo sino la obra del poeta. Sin embargo, a la vez que un poeta termina su libro su inspiración le insta a escribir otro... Dicen que el contenido de un libro es parte de la vida del autor. Una vida a veces marcada por otra voluntad. Un poeta escribe su poesía magistral pero no siempre controla su inspiración. Por eso el lector debe releer el libro para entenderlo, porque son palabras hilvanadas de tal manera que... Sea como fuere un poeta tiene un don especial. Qué sentimiento más bien labrado... La historia empieza con un beso que decide recorrer el mundo en busca de unos labios. Incertidumbres difíciles le esperan. Pero él desafía el peligro con la bravura que le da la pasión. Un beso en busca de unos labios... Toda espontaneidad. Ay, no sé... Mejor leer un libro de autoayuda: "Si yo pude tú también". Se trata de alcanzar una vida exitosa. Saca la bota María que me boy a emborrachar... ¡todo es admirable!. Es el ejemplo de que, con arrojo, determinación, entrega, constancia, disciplina, lealtad, y tararí. Además de mucho amor, ¡asegurado el éxito!, ay. La vida es una lección que parte de la teoría para llegar la práctica. (En teoría).
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