martes, 6 de septiembre de 2011

Un miserable lamento con acuse de recibo

El tiempo pasa para todos por mucho que una se empeñe en negarlo... Así, con el fin de las vacaciones llega la paz o al menos la reflexión acerca del dinero de plástico fundido; el año escolar comienza, la familia, los amigos entre amores y algún beso, pero nunca llega un miserable lamento con acuse de recibo, y si llegara no lo aceptaría. El asunto es bien sencillo de entender: sus sentimientos ahora están en apostar firme por el futuro, así que sus pasos se alejan de volver a un pasado que apenas recuerda. Si bien no se arrepiente de nada, lo cierto, y así lo piensa a veces, pudieron intervenir a tiempo y salvar su relación agrediendo el destino con un par... desestabilizando el presente para acariciar un mar en calma y su horizonte cercano Pero incomprensiblemente ninguno de los dos hizo nada para evitarlo. Se dejaron llevar por las circunstancias. Las cosas a veces suceden porque sí y ni la María las puede evitar. Se hicieron mucho daño, sí. Incluso, se llegó a comentar en su círculo cercano que debido a su decisión los dos entraron en una profunda depresión. Está escrito que el tiempo pasa, y con él, es fácil que venga acompañado el olvido. Y puede afectar a los dos o a uno. El amor siempre caprichoso. Pero eso a quién importa ¿? El éxito de una ruptura nunca se celebra mientras una de las partes pene por él. Hoy, ella será en parte protagonista de una noche muy triste, y quizá nunca sepa la verdad. Apaciguar las consecuencias que produce una ruptura no anima una revancha, y menos si alguien mantiene una esperanza que renueva cada día, una reconciliación en el tiempo. Una ruptura que nadie entiende sobrevivió en el recuerdo de una de las partes. Así la vida, consecuente con las decisiones que cada cual toma inconsciente a veces hasta las últimas consecuencias... "El amor nace de nada y muere de todo". San Juan.

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