Los cuentos son narraciones breves de ficción, sucesos falsos de palabra o por escrito, una mentira fruto de la imaginación. Un cuento es la invención de un autor, entonces, ¿por qué nadie discute su veracidad? ¿Para qué están los críticos literarios? Nada ha cambiado... Yo, un día de inspiración, tuve la grandeza de escribir un cuento sobre la vida de un burro muerto. Luego de visitar todas las editoriales de las Páginas Amarillas, conseguí que una me lo publicara; pero mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que lo hicieron de manera anónima. ¡No me lo puedo creer!. Les llamé por teléfono una y mil veces, también les escribí por carta con acuse de recibo y por e-mail. Yo solo quería que me explicaran. Así que tuve que ir en persona a la editorial. Fue entrar en el despacho del director, y sin poder evitarlo, como un poseso... "Esto es una ofensa, no lo puedo consentir, le demandaré, no puedo permitir que mi cuento maravilloso lo haya publicado anónimamente. Usted no puede ignorarme como su autor".
-Le diré algo, su cuento lo publiqué anónimamente para hacerle un favor, porque es el cuento más carente de imaginación que ha pasado por mis manos. No lamento hablarle así: "Cuentista". Además, pensé que desearía conservar el anonimato... Esta es mi opinión crítica después de leerlo, y más le digo, creo que su cuento tiene atisbos de realidad. No me extrañaría que en vez de un mal cuento sea una extraordinaria biografía.
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