Entonces, ¿amor no correspondido, tango tristón y alicaído, desamor? ¿Un amor por concebir acaso se va creando, se hace y se deshace a la vez? ¿Nuestro amor acaso un desamor? Un hombre anda por la vida herido de muerte y no se entera... La poesía al amor es la vida y es la muerte porque todo lo explica. Pero mis palabras son letras hilvanadas por ese hombre que anda por la vida herido de muerte y no se entera. El amor da la vida solo cuando se ha convertido en desamor y se recupera. Pero, ¿quién es capaz de recuperar el amor en el mar de la ilusión perdida? ¿Quién es capaz de volver al amor y la santa poesía cuando, precisamente, el amor que se ha perdido se ha apoderado de él el desamor, quién? "Que vele o duerma, media vida es tuya; si velo, te lo pago con el día, y si duermo, no siento lo que vivo". Lope de Vega. Infiel, yo no he sucumbido a la belleza de tu rostro, sino a la tristeza de tu sonrisa, siempre lejana tristeza. Y tu mirada, tu mirada perdida en la espiritualidad que me deja redimido ante un dios sin su María que anula mi creatividad porque ya he alcanzado el paraíso que tanto anhelaba. Mientras nuestra fase de desamor no llegue a las puertas del resquemor, herido de muerte, te seguiré en el ímpetu de no saber por qué no pudo ser. Un por qué tormentoso que me obliga a buscar la razón que justifique mi presencia en este mundo sin ti. Me declaro incapaz de acercarme a ti, sino fiel, al menos enamorado. Mi universo creativo ya es incapaz de renacer en las cenizas del amor. Perdido en tu mar, reconstruiré un mundo para ti en la noche y me convertiré en tu creador. Infiel sí, pero creador de ti. (Aunque creas que miento, o te gustaría que mintiese... No, no miento).
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