Paranoias.

No es noticia tener pesadillas cuando duermes. Pero lo es cuando estás despierto. Cuando abres los ojos y ves amanecer. Cómo explicar a quién no quiere oír que peor que las pesadillas son las paranoias. Ver lo que nadie ve porque simplemente no es verdad. Deberíamos saber que la vida no nos trata tan mal como imaginamos. Al día hay que darle tiempo, y a las gentes que nos rodean con la mejor de las intenciones. Convencernos de que la vida nos acepta si la aceptamos.

No provoca gozo en los sentidos besar unos labios acongojados. Hay experiencias que nadie debería vivir. 

A nadie interesa saber a qué saben las lágrimas que caen al vacío del olvido. Ni qué olor tiene la muerte. Ni cómo es el frío del desamparo. A quién le interesa la mentira que más duele. El miedo a las circunstancias. Nadie debería conocer el desamor. Ni nadar contracorriente. De viejo, puedo decir que hay que saber lo que hay que saber para vivir el día y poco más. La información de la que disponemos si no la sabemos procesar es mala. Mejor no saber...