En las traperías solo compro camisas. Aclaro que para mí son traperías (y para la RAE) y para Kristel son vida. No es por ofender, solo que le sienta mal que lo diga. Y eso me gusta.
-¿Qué harías con un millón de euros?
-Lo gastaría en ropa sin mirar el precio de las etiquetas".
A mí las traperías me agobian. Mucha gente y mucho de todo. Imposible elegir.
-¿Le puedo ayudar?
-No, cariño, solo miro camisas...
Y acabo comprando una camisa. Si me dejara aconsejar por Kristel no comeríamos. Me vestiría a la última. Sería un figurín de pasarela.
Entre tanta variedad es difícil elegir una camisa pero la compro, y luego no me gusta porque sino cara, verde, roja o azúl. En la variedad está el gusto. No nací para elegir una camisa y cualquier otra prenda no me atrevo. Lo estupendo sería comprar una camisa cuando la necesite. Lo muy bueno a veces es peor que lo bueno y más caro.
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