sábado, 14 de marzo de 2015

Luís García Montero.

A veces pienso que escribo lo que he visto o veo, lo que siento, lo que hacen y hago; a veces creo que escribo mi vida por fascículos que a nadie importa. Otra cosa sería que fuera José María Aznar. ¡Joder, dona, tengo que dejar la cazalla para desayunar y volver al Cola Cao!. Puedo escribir experiencias ajenas. Pero sería también ciencia definición, a mí nadie me cuenta sus asuntos más íntimos. Hubo tiempo que se me amontonaban los quereres pero ya no.

Esclavo de mi vanidad, qué no daría por desinflar mi "yo" en aras de los demás. No soy objetivo ni acepto otros puntos de vista. Si saliera de casa y un señor dueño de la política me conociera seguro me llevaría con alguna lista y ganaría mucho dinero. Dinero tengo, bueno yo no, pero sé dónde lo hay... Sería un político al uso apurando mis necesidades. Primero cicatrizaría mi rostro inmaculado y luego lo cubriría con La Máscara de Hierro de Alejandro Dumas. El éxito asegurado.

No, no quiero ser político, aunque me gusta leer. Quiero decir que por unos millones de euros ir a prisión 3 ó 4 meses no me importaría. Y me pondría al día con la santa poesía. No, yo quiero ser escritor reconocido mundialmente y escribir libros y recibir premios y que la gente aceptara mi pensamiento como propio. Crear opinión y tener un club de fan todas admiradoras de mí. (Y dale con el "yo" soy estupendo).

En realidad quiero ser poeta y no ir de candidato por Madrid. Hablo en serio: ¿De qué sirve ganar un político honrado si perdemos un gran poeta?

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