Soy hombre de palabras,
y tú no crees en Dios.
Yo he nacido para amar
y tú has nacido para la esperanza.
Yo no te exijo y tú me das.
¿Es imposible amar?
Yo solo soy un hombre
y tú solo una mujer
(nomás).
No pido la eternidad,
ni un cielo diferente cada día:
pido silencio en tu madrugada,
pido silencio en tu anochecida,
pido silencio en tus pasos,
pido silencio en tu mesa,
pido silencio en tu dormitorio,
y ternura en tu mirada.
Soy hombre de palabras
(palabra sobre palabra),
para que me entiendas:
déjame usar tu nombre.
Del milagro de la vida,
tu nombre:
María.
Abuelo entran en tu casa y no saludas, esta muy feo
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